La colección de obras y documentos de Francisco de Goya que conserva el Museo del Prado le convierten en el principal lugar de referencia para estudiar al artista, tanto por la cantidad como por la importancia del conjunto. Con más de 1.000 obras de arte, entre pinturas, dibujos y estampas, el Museo guarda más de la mitad de la producción de Goya y buena parte de sus obras más emblemáticas. A esto hay que sumarle un importante grupo de documentos, entre los que destacan las 118 cartas escritas a su amigo Martín Zapater, impagable testimonio para comprender la personalidad de Goya.
Dentro del interés del Museo del Prado por difundir sus colecciones a través de Internet, este sitio web presenta la totalidad de las obras y documentos de Goya que custodiamos, ofreciendo una información amplia y actualizada. Se trata de un sitio vivo que actualizará periódicamente los datos con el objetivo de ser un instrumento indispensable para los estudiosos de Goya y una primera vía de acercamiento para el público en general.
Dentro del interés del Museo del Prado por difundir sus colecciones a través de Internet, este sitio web presenta la totalidad de las obras y documentos de Goya que custodiamos, ofreciendo una información amplia y actualizada. Se trata de un sitio vivo que actualizará periódicamente los datos con el objetivo de ser un instrumento indispensable para los estudiosos de Goya y una primera vía de acercamiento para el público en general.
Goya preside en el Museo del Prado el número más elevado de salas dedicadas a un único artista, que ocupan en la actualidad espacios en las tres plantas de la zona sur del edificio. Más de ciento cincuenta pinturas componen esta colección viva, que se ha ido enriqueciendo, y lo hace aún, por sucesivas incorporaciones de obras de la colección real, de adquisiciones, de donaciones y de legados, aunque a la apertura del Museo en 1819 no contara más que con tres lienzos procedentes del Palacio Real. La colección de Goya en el Prado es extraordinaria no sólo por el número de obras sino por su variedad, que permite el conocimiento de su figura en profundidad, de su evolución y de la riqueza de sus diferentes géneros. Sus obras ilustran en el Museo la pintura de historia y la de género, los retratos de corte y los de la burguesía, la alegoría clasicista y la ruptura con el pasado, así como la apertura hacia nuevos mundos expresivos que convierten a Goya en un artista vivo e influyente en la cultura artística contemporánea.
La importancia de los dibujos en el conjunto de la producción artística de Goya es comparable a la de sus pinturas y estampas, tanto desde un punto de vista cuantitativo como por su relevancia en la renovación formal y técnica del arte del dibujo a fines del siglo XVIII. El dibujo es considerado por Goya un medio expresivo de gran eficacia al servicio de su libertad creativa.
En los álbumes se revela el dominio espontáneo de la técnica, el poder de la invención y la fuerza del medio para transmitir el universo interior del artista. Concebidos para ser contemplados en intimidad, a modo de diario visual, estos dibujos constituyen la obra más privada del pintor.
Los dibujos preparatorios constituyen el medio gráfico donde Goya plasmó las ideas preliminares de cada una de las composiciones que posteriormente grabó sobre las láminas de cobre y que forman sus series de estampas.
En los álbumes se revela el dominio espontáneo de la técnica, el poder de la invención y la fuerza del medio para transmitir el universo interior del artista. Concebidos para ser contemplados en intimidad, a modo de diario visual, estos dibujos constituyen la obra más privada del pintor.
Los dibujos preparatorios constituyen el medio gráfico donde Goya plasmó las ideas preliminares de cada una de las composiciones que posteriormente grabó sobre las láminas de cobre y que forman sus series de estampas.
Goya, liberado de las ataduras de la obra de encargo, desarrolló a través del grabado una actividad artística totalmente independiente en la que el mundo de las ideas adquirió un protagonismo sin parangón en la época. Con ellas Goya dio un paso decisivo en la creación artística al trascender el marco particular de su tiempo y mostrar referentes universales intemporales, que hace que hoy en día sus estampas puedan ser leídas en clave contemporánea.
El proceso creativo que conocemos a través de los numerosos dibujos preparatorios y pruebas de estado conservadas, permite comprender el rigor con el que acometía su trabajo, en el que buscaba la perfección formal y su exacta adecuación al objetivo conceptual. Realizadas con un extraordinario dominio de las distintas técnicas, en especial su capacidad para combinar el aguafuerte y el aguatinta, estas series sitúan a Goya a un nivel que ningún otro artista había alcanzado hasta entonces.
El proceso creativo que conocemos a través de los numerosos dibujos preparatorios y pruebas de estado conservadas, permite comprender el rigor con el que acometía su trabajo, en el que buscaba la perfección formal y su exacta adecuación al objetivo conceptual. Realizadas con un extraordinario dominio de las distintas técnicas, en especial su capacidad para combinar el aguafuerte y el aguatinta, estas series sitúan a Goya a un nivel que ningún otro artista había alcanzado hasta entonces.
Los documentos manuscritos de Goya, especialmente sus cartas, tienen un papel esencial para su conocimiento como artista y ser humano. La investigación sobre el pintor pasa necesariamente por el estudio riguroso y sistemático de toda su obra, y por tanto de todos los documentos escritos con él relacionados. En este sentido las cartas a su amigo Martín Zapater, escritas entre 1775 y 1799, los años del ascenso de Goya en la corte hasta su nombramiento como Primer Pintor de Cámara, además de aportar información biográfica de tipo profesional y personal, revelan sin reservas su carácter.
Lo mismo ocurre con una de las últimas cartas escritas por el pintor desde su exilio en Burdeos, en este caso al banquero Joaquín María Ferrer, que constituye lo más parecido a un testamento vital del artista en su vejez.
Por último, el comentario manuscrito de los Caprichos es una fuente excepcional para comprender el significado otorgado a esta serie en época de Goya.
Lo mismo ocurre con una de las últimas cartas escritas por el pintor desde su exilio en Burdeos, en este caso al banquero Joaquín María Ferrer, que constituye lo más parecido a un testamento vital del artista en su vejez.
Por último, el comentario manuscrito de los Caprichos es una fuente excepcional para comprender el significado otorgado a esta serie en época de Goya.